«Las palomas se casan de por vida, pero ellos son un poco sinvergüenzas»
«Los pichones tienen que independizarse a los tres meses; salir del nido antes de que nazcan los siguientes; si no el palomo les pica y los mata »
Pedro tiene una afición y a ella dedica gran parte de su tiempo libre. Es colombófilo, y presidente de la asociación que en Puente Tocinos reúne a los ochenta aficionados a esta actividad. Experto en estos animales, nos cuenta el porqué de su pasión.
- ¿Podría empezar explicándonos qué es este palabro de la colombicultura?
- Bueno, pues mire, nos dedicamos al vuelo y adiestramiento de palomos deportivos. Cada aficionado cría en su casa sus propios palomos y luego hacemos las sueltas, en las cuales todos los palomos van a por una paloma.
- ¿Madre mía! ¿Todos a por una?
- Sí... Son unos 50 ó 60 palomos para una sola paloma. A ella se le corta la cola y se le pone una pluma blanca. Así se la diferencia de los machos.
- Muy ligona la paloma, ¿no?
- No, ¿que va! Los palomos son como las personas; se casan de por vida.
-¿Cómo es eso?
- Pues las palomas, una vez que se han emparejado, son muy fieles. Vamos, no se aparean ya con nadie que no sea su macho.
- ¿Y los palomos?
- (Risas) Esos son un poco más sinvergüenzas. Normalmente vuelan y montan a otras palomas, pero siempre vuelven a su nido... Es más, no dejan que ningún macho se acerque a su chica y si alguno osa, ¿le meten una paliza!... Es muy curioso.
- ¿Podría empezar explicándonos qué es este palabro de la colombicultura?
- Bueno, pues mire, nos dedicamos al vuelo y adiestramiento de palomos deportivos. Cada aficionado cría en su casa sus propios palomos y luego hacemos las sueltas, en las cuales todos los palomos van a por una paloma.
- ¿Madre mía! ¿Todos a por una?
- Sí... Son unos 50 ó 60 palomos para una sola paloma. A ella se le corta la cola y se le pone una pluma blanca. Así se la diferencia de los machos.
- Muy ligona la paloma, ¿no?
- No, ¿que va! Los palomos son como las personas; se casan de por vida.
-¿Cómo es eso?
- Pues las palomas, una vez que se han emparejado, son muy fieles. Vamos, no se aparean ya con nadie que no sea su macho.
- ¿Y los palomos?
- (Risas) Esos son un poco más sinvergüenzas. Normalmente vuelan y montan a otras palomas, pero siempre vuelven a su nido... Es más, no dejan que ningún macho se acerque a su chica y si alguno osa, ¿le meten una paliza!... Es muy curioso.
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